Agapito Reyes en compañía de la Profa. Soraya González
Crónicas de Guaribe
Msc . Soraya González Rojas
Correo electrónico gabana64@hotmail.com
La crónica del día de hoy la comenzaré con un refrán muy cierto que dice que unos nacen con estrellas y otros nacen estrellados. Este refrán lo utilizo específicamente para hacer referencia a una estrella muy bonita que llegó por gracia de Dios al Ateneo de Guaribe- nuestra institución- hace tres años. Esta estrella no es imaginaria, es totalmente real, es un ser humano extraordinario que ha llenado de luz este lugar de trabajo, en donde crecen y se desenvuelven niños, jóvenes, adolescentes y adultos. Hago referencia específicamente a Agapito Reyes, quien es un gran maestro de la bandola cordillerana y además es un ser cargado de grandes historias y gran sabiduría.
Agapito nació en Cerro Seco (caserío del perteneciente al estado Guárico, cercano a San José de Guaribe, en la vía que nos comunica con el estado Miranda), un quince de junio de 1945. Sus padres: la Sra Leonarda Reyes y el Sr. Fermín Monrroy. Leonarda su madre nació en tierra fría, nos dice Agapito que no está seguro si en Casupo o Guarebe y de igual manera su padre. Sus hermanos son: Carmen Ramona, Rigoberto, Jesús Rafael, Israel, Maximina (murió en la plaza cuando supo a Agapito se lo habían llevado al cuartel).
Agapito quedó huérfano de madre a lla edad de 3 años. Su madre murió dando a luz a su último hermano, que lleva por nombre Israel, al morir su madre, Agapito quedó bajo la responsabilidad de la señora Josefa Iguaro (la Chicha) y el señor Juan Rojas, su esposo. A su padre no lo conoció porque murió antes de que él naciera. Esta señora lo tuvo unos días hasta que su hermano Rigoberto lo fue a buscar y lo llevó a la finca de Magín Rojas, donde trabajó por un tiempo. El día que lo llevaron donde Magín, recuerda que había una gran fiesta con bandola, arpa y violín, la bandola la tocaba Juan Esteban García, el violín lo tocaba Ramón Martínez y el arpa no recuerda.
A esta finca, Agapito llegó a la edad de cuatro años, lo cuidaba su hermano, y a esa edad comenzó a trabajar desgranando maíz, dándole comida a las gallinas, cochinos, bestias y cuando fue un poco más grande salió a buscar el ganao y las bestias. En esta finca aprendió a ser becerrero (arreaba los becerros, los acomodaba, los cuidaba y los curaba).
Transcurrieron varios años en este lugar y Agapito vivió allí con su hermano más o menos hasta los 10 años de edad.
Posteriormente Rigoberto- su hermano- se fue a trabajar con Benigno Ron por órdenes de Magín Rojas, ya que el Sr. Benigno era el caporal de Vuelta Grande, de Casupo y la Aguada. Rigoberto tuvo una discusión con Benigno Ron y se retiró, comenzando a trabajar con Rafael Esteban Rojas en la finca Guaribito. Dice Agapo, que a la casa de Guaribito la llamaban “La Casa de Zinc” que era en donde vivía la señora Esther Solórzano. Agapito se quedó en vuelta Grande hasta que se trajeron el ganao para La Aguada y Don Magín lo mando a trabajar con Benigno. Cuando pasaron el ganado de una a finca a otra, Agapito pasó el día sin comer y le dio un beri beri, causándole vómito y quedando desmayao’. Al día siguiente comió a las 9:00am y le volvió el alma al cuerpo (ya tenía como 11 años). Con el señor Benigno Ron, no duro mucho porque le dieron un caballo muy malo para hacer un mandao y se tardó más tiempo del que le dijeron y como el caballo era malo, él le pego duro por el cuello y el señor Benigno le llamo la atención y antes de que lo regañaran más fuerte recogió su moriche y se fue para casa de Rafael Esteban, allí trabajó bastante tiempo, le daban su comida se dedicaba también a las aves, vacunos, vacas, a apartar los becerros y cuando creció más, salía a la sabana con los mayores.
Él aprendió a ordeñar con una toporita llamada Pilandera. Benigno Ron cuando lo enseñó a ordeñar le decía: le decía “cuando se le cansen los brazos golpee los moños como que va aplaudir y así descansa”. Al llegar donde Rafael Esteban ya él sabía ordeñar bien, siempre estaba en la finca y en algunas ocasiones se trasladaba al pueblo, la primera vez que viajó con magín Rojas a Guaribe, fue a la tienda de los hermanos Rojas Itriago, y el viaje lo hizo en una Power Roja, propiedad de Don Rafael. Cuando se vino al pueblo, su ropa estaba un poco sucia y cuando Don Cruz Magín Rojas lo vio se molestó y le dijo ¿con quién andas tú? Con el señor Magín respondió. Y Don Cruz dijo, Magín si es descuidado vénganse pa’ ca’ que le voy a comprar una ropa. Agapito se fue con él y le dio su ropa nueva, se la puso y se montó en el carro, cuando regreso Don Magín lo vio y le dijo. “¿quién eres tu chico?-” Agapito se rió y dijo: “Gua yo”. Y preguntó de nuevo Don Magín:¿ y quién te dio esa ropa?, y Agapo respondió: “gua Don Cruz” , y Don Magín dijo: “ carajo tu si tienes suerte”. Agapo siempre cuenta que Don Cruz, estaba pendiente de llevarle sus elásticas y de que siempre anduviera estuviera limpio.
Agapito anduvo con Don Rafael Esteban Rojas muchos años, se montaba en un camión rojo que le decían “El Gavilán” y lo manejaba Santiago Pérez. Después Rafael Esteban compro una Power que la manejaba a veces él, a veces José Mosqueda y a veces Ramón Canache, en ella se iban a Los Pedriteros, a La Barbona, Los Copeyes, a Cerro Seco, Las Guacamayas, Los Lineros, Los Lajones, a buscar estillas. Expresa textualmente Agapito: “porai andábamos por todo eso buscando estilla para echar alambre”
. Así fue transcurriendo la vida de Agapito, aprendiendo de sus experiencias, conociendo el mundo del trabajo desde muy pequeño, haciéndose hombre antes en tiempo….. trabajó en Caracas varios años y se desenvolvió en diferentes roles y hasta en una fábrica de camelos trabajó, quizás el sincretismo del campo, la ciudad y esta dulzura del caramelo de la fábrica, hicieron de él, el gran personaje que es ahora.
Al tiempo, y después de vivir muchísimas experiencias en la ciudad, unas buenas y otras malas. Regresó a Guaribe a desempeñarse en otros roles. Estudió, sacó su bachillerato, estudiando una parte en el INCE y otra en el liceo nocturno. Posteriormente ingresa a la Misión Sucre, en donde obtiene el título de Lic. en Educación Integral. Y tuvo la gran suerte de que a esa oleada de graduandos, se les incorporó inmediatamente al campo de trabajo. Fue así como la Prof. Delia Arismendi, jefa del Municipio Escolar Nº 11 , decidió ubicarlo en las instalaciones del Ateneo de Guaribe, en donde hace vida desde hace tres años.
Agapito nos ha alegrado la vida y también nos ha cambiado la vida. Él tiene un carácter muy especial. Siempre está contento y dispuesto a ayudar. Nos acompaña en todos los eventos culturales a los que vamos, ensaya constantemente con nosotros, tiene un trato especial con los niños y les ofrece sus mejores consejos. Es un extraordinario ejecutante de la bandola cordillerana y muy buen compositor. Además, ya tiene a un grupo de niños adelantados en la ejecución de la bandola. Toca el cuatro, canta…. Y lo mejor de todo esto, es que todos los día disfrutamos de su compañía y el especial toque de su bandola, quien al compás del joropo yabajero, pasodobles y pasajitos, nos delita y hace mucho más agradable nuestro trabajo.
Agapito es un ser noble, muy humilde, siempre tiene una sonrisa en los labios, el buen humor es su mejor fortaleza...... quien quiere superarse vence todos los obstáculos que se presenten en el camino. Y la mejor recompensa la da Dios…. Agapito es nuestro gran amigo, compañero de labores y la estrella que brilla en el ateneo, una estrella sonora que nos regala día a día sus mejores melodías…….y que durante todo este mes de diciembre nos acompañó a dar parrandas de casa en casa, reactivando esta hermosa tradición.
Feliz Año 2012 para todos los lectores del Diario La Prensa!!!!!!
Agapito nació en Cerro Seco (caserío del perteneciente al estado Guárico, cercano a San José de Guaribe, en la vía que nos comunica con el estado Miranda), un quince de junio de 1945. Sus padres: la Sra Leonarda Reyes y el Sr. Fermín Monrroy. Leonarda su madre nació en tierra fría, nos dice Agapito que no está seguro si en Casupo o Guarebe y de igual manera su padre. Sus hermanos son: Carmen Ramona, Rigoberto, Jesús Rafael, Israel, Maximina (murió en la plaza cuando supo a Agapito se lo habían llevado al cuartel).
Agapito quedó huérfano de madre a lla edad de 3 años. Su madre murió dando a luz a su último hermano, que lleva por nombre Israel, al morir su madre, Agapito quedó bajo la responsabilidad de la señora Josefa Iguaro (la Chicha) y el señor Juan Rojas, su esposo. A su padre no lo conoció porque murió antes de que él naciera. Esta señora lo tuvo unos días hasta que su hermano Rigoberto lo fue a buscar y lo llevó a la finca de Magín Rojas, donde trabajó por un tiempo. El día que lo llevaron donde Magín, recuerda que había una gran fiesta con bandola, arpa y violín, la bandola la tocaba Juan Esteban García, el violín lo tocaba Ramón Martínez y el arpa no recuerda.
A esta finca, Agapito llegó a la edad de cuatro años, lo cuidaba su hermano, y a esa edad comenzó a trabajar desgranando maíz, dándole comida a las gallinas, cochinos, bestias y cuando fue un poco más grande salió a buscar el ganao y las bestias. En esta finca aprendió a ser becerrero (arreaba los becerros, los acomodaba, los cuidaba y los curaba).
Transcurrieron varios años en este lugar y Agapito vivió allí con su hermano más o menos hasta los 10 años de edad.
Posteriormente Rigoberto- su hermano- se fue a trabajar con Benigno Ron por órdenes de Magín Rojas, ya que el Sr. Benigno era el caporal de Vuelta Grande, de Casupo y la Aguada. Rigoberto tuvo una discusión con Benigno Ron y se retiró, comenzando a trabajar con Rafael Esteban Rojas en la finca Guaribito. Dice Agapo, que a la casa de Guaribito la llamaban “La Casa de Zinc” que era en donde vivía la señora Esther Solórzano. Agapito se quedó en vuelta Grande hasta que se trajeron el ganao para La Aguada y Don Magín lo mando a trabajar con Benigno. Cuando pasaron el ganado de una a finca a otra, Agapito pasó el día sin comer y le dio un beri beri, causándole vómito y quedando desmayao’. Al día siguiente comió a las 9:00am y le volvió el alma al cuerpo (ya tenía como 11 años). Con el señor Benigno Ron, no duro mucho porque le dieron un caballo muy malo para hacer un mandao y se tardó más tiempo del que le dijeron y como el caballo era malo, él le pego duro por el cuello y el señor Benigno le llamo la atención y antes de que lo regañaran más fuerte recogió su moriche y se fue para casa de Rafael Esteban, allí trabajó bastante tiempo, le daban su comida se dedicaba también a las aves, vacunos, vacas, a apartar los becerros y cuando creció más, salía a la sabana con los mayores.
Él aprendió a ordeñar con una toporita llamada Pilandera. Benigno Ron cuando lo enseñó a ordeñar le decía: le decía “cuando se le cansen los brazos golpee los moños como que va aplaudir y así descansa”. Al llegar donde Rafael Esteban ya él sabía ordeñar bien, siempre estaba en la finca y en algunas ocasiones se trasladaba al pueblo, la primera vez que viajó con magín Rojas a Guaribe, fue a la tienda de los hermanos Rojas Itriago, y el viaje lo hizo en una Power Roja, propiedad de Don Rafael. Cuando se vino al pueblo, su ropa estaba un poco sucia y cuando Don Cruz Magín Rojas lo vio se molestó y le dijo ¿con quién andas tú? Con el señor Magín respondió. Y Don Cruz dijo, Magín si es descuidado vénganse pa’ ca’ que le voy a comprar una ropa. Agapito se fue con él y le dio su ropa nueva, se la puso y se montó en el carro, cuando regreso Don Magín lo vio y le dijo. “¿quién eres tu chico?-” Agapito se rió y dijo: “Gua yo”. Y preguntó de nuevo Don Magín:¿ y quién te dio esa ropa?, y Agapo respondió: “gua Don Cruz” , y Don Magín dijo: “ carajo tu si tienes suerte”. Agapo siempre cuenta que Don Cruz, estaba pendiente de llevarle sus elásticas y de que siempre anduviera estuviera limpio.
Agapito anduvo con Don Rafael Esteban Rojas muchos años, se montaba en un camión rojo que le decían “El Gavilán” y lo manejaba Santiago Pérez. Después Rafael Esteban compro una Power que la manejaba a veces él, a veces José Mosqueda y a veces Ramón Canache, en ella se iban a Los Pedriteros, a La Barbona, Los Copeyes, a Cerro Seco, Las Guacamayas, Los Lineros, Los Lajones, a buscar estillas. Expresa textualmente Agapito: “porai andábamos por todo eso buscando estilla para echar alambre”
. Así fue transcurriendo la vida de Agapito, aprendiendo de sus experiencias, conociendo el mundo del trabajo desde muy pequeño, haciéndose hombre antes en tiempo….. trabajó en Caracas varios años y se desenvolvió en diferentes roles y hasta en una fábrica de camelos trabajó, quizás el sincretismo del campo, la ciudad y esta dulzura del caramelo de la fábrica, hicieron de él, el gran personaje que es ahora.
Al tiempo, y después de vivir muchísimas experiencias en la ciudad, unas buenas y otras malas. Regresó a Guaribe a desempeñarse en otros roles. Estudió, sacó su bachillerato, estudiando una parte en el INCE y otra en el liceo nocturno. Posteriormente ingresa a la Misión Sucre, en donde obtiene el título de Lic. en Educación Integral. Y tuvo la gran suerte de que a esa oleada de graduandos, se les incorporó inmediatamente al campo de trabajo. Fue así como la Prof. Delia Arismendi, jefa del Municipio Escolar Nº 11 , decidió ubicarlo en las instalaciones del Ateneo de Guaribe, en donde hace vida desde hace tres años.
Agapito nos ha alegrado la vida y también nos ha cambiado la vida. Él tiene un carácter muy especial. Siempre está contento y dispuesto a ayudar. Nos acompaña en todos los eventos culturales a los que vamos, ensaya constantemente con nosotros, tiene un trato especial con los niños y les ofrece sus mejores consejos. Es un extraordinario ejecutante de la bandola cordillerana y muy buen compositor. Además, ya tiene a un grupo de niños adelantados en la ejecución de la bandola. Toca el cuatro, canta…. Y lo mejor de todo esto, es que todos los día disfrutamos de su compañía y el especial toque de su bandola, quien al compás del joropo yabajero, pasodobles y pasajitos, nos delita y hace mucho más agradable nuestro trabajo.
Agapito es un ser noble, muy humilde, siempre tiene una sonrisa en los labios, el buen humor es su mejor fortaleza...... quien quiere superarse vence todos los obstáculos que se presenten en el camino. Y la mejor recompensa la da Dios…. Agapito es nuestro gran amigo, compañero de labores y la estrella que brilla en el ateneo, una estrella sonora que nos regala día a día sus mejores melodías…….y que durante todo este mes de diciembre nos acompañó a dar parrandas de casa en casa, reactivando esta hermosa tradición.
Feliz Año 2012 para todos los lectores del Diario La Prensa!!!!!!